Los delfines son animales que tienen una estrecha relación con las personas. Todos conocemos lo importante de su participación en el trabajo que realizan con niños con Autismo. A casi todos nos gustan. Habitan relativamente cerca de las costas y a menudo interactúan con las personas.
Tras
muchos estudios no han dejado de sorprendernos, utilizan los sonidos,
la danza y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar sus presas;
también poseen un sexto sentido de ecolocalización, emiten sonidos en su
entorno e interpretan los ecos que generan los objetos a su alrededor.
Gozan
de un sistema de comunicación tan complejo que merece llamarse
lenguaje. Este está compuesto por diversos chasquidos semejantes a
gruñidos y silbidos que utilizan para transmitir y recibir información.
Esto se basa en la transmisión del sonido a través del agua en forma de
burbujas y haces holográficos.
El último y sorprendente descubrimiento ha sido que los delfines también juegan. Crean burbujas en forma de anillo. Aunque parezca un acto simple, no lo es. Los delfines no poseen labios por lo que utilizan su aparato respiratorio que se encuentra en la parte superior de su cabeza. Este hecho ha sido descubierto en un acuario de Orlando.
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