lunes, 1 de marzo de 2010

Primeras personas, Somaly Mam

SOMALY MAM


Más de dos millones de niñas en todo el mundo son obligadas a ejercer la prostitución. UNICEF, organización de las Naciones Unidas de ayuda a la infancia, divulgó estas cifras en Berlín aprovechando la presentación del libro de Somaly Mam, "El silencio de la Inocencia". Pero… ¿quien es Somalí Mam?


Somaly Mam nació en Camboya en 1970, y sabe de lo que habla cuando afirma que la explotación sexual es la esclavitud del siglo XXI. No en vano, la sufrió en sus propias carnes. Fue vendida siendo niña, varias veces cambió de dueño, y durante años anduvo de mano en mano y de burdel en burdel hasta que en 1991 logró escapar. Desde entonces dedica su vida a rescatar y reintegrar en la sociedad a los millones de mujeres y niñas que caen cada año en las garras de las redes de prostitución. Su labor ha sido reconocida, entre otros galardones, con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, pero también le ha puesto a ella y a su organización AFESIP (Acción por las mujeres en situación precaria) en el punto de mira de las mafias que trafican con seres humanos.

Recordar mi propia historia me resulta demasiado doloroso. Prefiero hablar del futuro que del pasado”.



Le contaré la historia de Tomdy. Tenía ocho años cuando su hermana la vendió como esclava doméstica. Sus amos le pegaron tanto que se escapó y volvió a casa. Su hermana la volvió a vender a un burdel donde vendieron su virginidad durante una semana, luego la cosieron y la volvieron a vender como virgen, algo que recordaba con horror. Pasó tres años en distintos burdeles obligada a atender de 10 y 15 clientes al día. Un cliente borracho pasó toda una noche golpeándola y no quiso pagar arguyendo que ella le había robado. La castigaron metiéndola en una jaula. Sí, como todas estas niñas. Cuando ya estaba inservible, con sida y tuberculosis, el proxeneta la abandonó en la calle. La recogí con 11 años y me la llevé a casa. Estaba destrozada, sólo sobrevivió cuatro años. Yo la quería muchísimo, la sentaba sobre mis rodillas y la acariciaba. ¿Por qué ahora que tengo una madre, que puedo ir a la escuela, debo morir?' -dime Somaly-, ¿por qué Dios no me ayuda?, me preguntaba”.

Lo mejor que me ha pasado en la vida, es la sonrisa de las niñas después de haber pasado por el infierno. "No hay niños que se dediquen a la prostitucion…… sino niños prostituidos".





Un documental en portugués, que se entiende muy bien... por todas las personas anónimas que sufren y están entre nosotros, por todas las personas anónimas que hacen tanto bien y están a nuestro lado..






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