Aung san Suu Kyi ha recuperado la libertad. La Premio Nobel de la Paz y líder de la oposición birmana ha recibido la notificación oficial del fin del arresto domiciliario al que ha estado sometida durante los últimos siete años. Poco después, se ha asomado a la verja de su vivienda, donde ha sido aclamada por unas 3.000 personas. Entre vítores, la “Dama”, como se conoce en Rangún a la hija del prócer de la independencia brimana, les ha citado en la sede de su partido este domingo para hablarles de nuevo. Antes de partir ha hecho un llamamiento a la calma y a la unidad.
Suu Kyi, líder de la poscrita Liga Nacional para la Democracia, tiene 66 años y ha pasado 15 de los últimos 21 en la cárcel o en arresto domiciliario. Convertida en un icono de la lucha por la democracia, el régimen militar prolongó su condena para evitar que se presentara a las elecciones del pasado domingo, las primeras que ha celebrado Myanmar, la antigua Birmania, en dos décadas. La comunidad internacional considera los comicios una farsa y ha presionado durante años para exigir su puesta en libertad.
Aung San Suu Kyi. Una historia de compromiso con la libertad
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