lunes, 23 de junio de 2014

23 de junio, Noche de San Juan




Como muchos saben, el 24 de Junio es el día de la festividad de San Juan Bautista, y la noche anterior (la del 23 al 24) se celebra la llamada Noche de San Juan. Los detalles de la fiesta pueden variar de un sitio a otro de la geografía española, pero la base es la misma: las hogueras y el fuego en general, iluminando la noche más corta del año.

¿La noche más corta de año? Bueno, eso es lo que piensa la mayoría de la gente, pero en contra de la creencia popular, la noche más corta del año no es la del 23 al 24 de Junio, sino la del 20 al 21 de Junio, que es cuando se produce el solsticio de verano y marca el inicio de dicha estación. El motivo del error es muy fácil de explicar: Durante la expansión inicial del cristianismo, se adoptaron como propias varias fiestas y ritos paganos. Concretamente, el 24 de Junio coincidía con un fiesta pagana que giraba en torno al sol, al agua y el fuego (de ahí las hogueras). Y se celebraba el 24 de Junio, precísamente por ser el solsticio de verano, es decir, el día más largo (y por tanto, la noche más corta) del año.

Ahora es cuando el lector dirá "¿Pero no acaba de decir este tío que el solsticio era el 21 y no el 24?". Pues sí, así es, pero no siempre ha sido así. La causa es que un año no són exactamente 365 días (de ahí los años bisiestos). Pues bien, este desajuste hace que los solsticios (y los equinocios) sean cada año un poquito antes. Cada año bisiesto los vuelve a retrasar, pero no lo suficiente. De hecho, cuando en 1582 se pasó del calendario juliano al gregoriano, el desfase era de 10 días. El cambio de calendario volvió a ajustar las fechas e incluso redujo el error que se produce año tras año, pero aún así, más de 400 años después, tenemos un desfase de 3 días.

La tradición popular ha mantenido la asociación entre la Noche de San Juan y la noche más corta (porque en su origen era así), e incluso podemos verlo en telediarios y periódicos, cada vez que se refieren a esta fiesta (y si no, estad atentos el próximo 23 de Junio y veréis).

Por cierto, que no es casualidad que la festividad de San Juan Bautista sea axactamente 6 meses antes (o después) de la Navidad. El soslticio de invierno caía anteriormente el 25 de Diciembre (actualmente el 21 o 22 de Diciembre, dependiendo del año, y que podéis consultar aquí), y era también una importante celebración pagana. Ni San Juan Bautista nació el 24 de Junio, ni Jesús nació el 25 de Diciembre.
(Fuente)
Agua, Aire, Tierra y Fuego
La leyenda de la Mora (Bullas)
Cada año, en la localidad de Bullas, la noche de San Juan se celebra una tradición conocida como la "Mora". Esta tradición proviene de la leyenda de la Mora.

Esta leyenda cuenta una historia de amor platónico entre una princesa mora y un príncipe cristiano. El príncipe cristiano pidió contraer matrimonio a la princesa, pero el padre de ésta se negó y para acabar con esta relación aisló a la princesa en un torre alta del castillo, encontrado en el monte Castellar.

La princesa bajaba de la torre por la noches para, supuestamente, asearse y beber agua del río, pero en realidad se veía a escondidas con el príncipe cristiano.

En una noche tormentosa la princesa, a pesar del peligro, bajó para ver a su amado pero esa noche el príncipe no apareció, y la princesa temió lo peor. Ella pensaba que el príncipe se ahogó en el río.

Desde entonces cada noche de San Juan todo el pueblo de Bullas se reúne en el Salto Usero, del río Mula. En esa noche una persona disfrazada de mora y con acompañantes con antorchas. Hace la bajada hasta el río, se mete a él y con un cántaro coge agua y en la subida rocía a todos los espectadores, pues según la tradición, el agua de esa noche es mágica y representa la belleza eterna.

(Fuente)

La leyenda se ubica cronológicamente en la noche del 23 de junio, más conocida como la noche de San Juan. Hace muchos años se decía que esa noche mágica, por las faldas del monte Castellar, se podía ver a una mora que bajaba a la poza del Salto del Usero y se lavaba con las aguas del río Mula. Aquél era un acontecimiento social, los vecinos del pueblo se acercaban al lugar en silencio, a la espera de la llegada de la mora, que lógicamente nadie veía y aseguraban que no había hecho su habitual recorrido porque se habría sentido vigilada. No faltaba quién, en un rapto de egocentrismo, afirmaba haberla visto a altas horas de la madrugada, cuando ya todos los vecinos se habían marchado. Si no la había visto directamente, se lo había contado cualquier amigo; pero la mora existía. Así se fue forjando la leyenda y tomando forma. Con el auge del tradicionalismo, la recuperación de las costumbres, aquella leyenda de la mora no pasó desapercibida y, al tiempo que algunos jóvenes aprendían a tocar la bandurria o el laúd, también decidieron aprehender la esencia de la noche de San Juan.
(Fuente)


Per San Joan de Joan Manuel Serrat


Un vespre quan l'estiu obria els ulls
per aquells carrers on tu i jo ens hem fet grans,
on vam aprendre a córrer,
damunt un pam de sorra
s'alçava una foguera per Sant Joan.

Llavors un tros de fusta era un tresor
i amb una taula vella ja érem rics.
Pels carrers i les places
anàvem de casa en casa
per fer-ho cremar tot aquella nit
de Sant Joan.

Érem quatre trinxeraires.
No en sabíem gaire
de les llàgrimes que fan que volti el món.
Anàvem entrant a la vida.
Mai una mentida,
no ens calia i res no ens robava el son...

Aquelles nits de Sant Joan...

Els anys m'han allunyat del meu carrer
i s'han perdut aquells companys de jocs.
El bo i el que fa nosa
com si qualsevol cosa.
Sembla que tot s'hagués cremat al foc
de Sant Joan.

I ara, aquesta vesprada
una altra vegada
veig els "nanos" collint llenya per carrer.
Corren.
Com jo abans corria.
Els crido i em miren
com si fos un cuc estrany i passatger.

Aquesta nit de Sant Joan...

Doneu-me un tros de fusta per cremar
o la prendré d'on pugui, com ahir,
com si no n'hi hagués d'altra
jo he sigut com vosaltres:
no vull sentir-me vell aquesta nit.

Que un tros de fusta torni a ser un tresor.
Que amb una taula vella sigui ric.
Pels carrers i les places
aniré de casa en casa
per fer-ho cremar tot aquesta nit.


Una noche cuando el verano abría los ojos
por aquellas calles donde tú y yo nos hemos hecho mayores,
donde aprendimos a correr,
sobre un palmo de arena
se alzaba una hoguera por San Juan.

Entonces un trozo de madera era un tesoro
y con una mesa vieja ya remo ricos.
Por las calles y las plazas
íbamos de casa en casa
para quemarlo todo aquella noche
de San Juan.

Éramos cuatro golfos.
No sabemos mucho
de las lágrimas que hacen que gire el mundo.
Íbamos entrando en la vida.
Nunca una mentira
no nos era necesaria y nada nos quitaba el sueño ...

Aquellas noches de San Juan ...

Los años me han alejado de mi calle
y se han perdido aquellos compañeros de juegos.
Lo bueno y lo que estorba
como si fuera cualquier cosa.
Parece que todo se hubiera quemado en el fuego
de San Juan.

Y ahora, esta tarde
otra vez
veo a los mozalbetes recogiendo leña por la calle.
Corren.
Como yo antes corría.
Los llamo y me miran
como si fuera un gusano extraño y pasajero.

Esta noche de San Juan ...

Dadme un trozo demadera para quemar,
o la cogeré de donde pueda, como ayer,
como si no hubiera otra
yo he sido como vosotros:
no quiero sentirme viejo esta noche.

Que un trozo de madera vuelva a ser un tesoro.
Que con una mesa vieja sea rico.
Por las calles y las plazas,
iré de casa en casa
para hacerlo quemar todo esta noche.

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