El último domingo del mes de enero, desde 1954, se celebra en diferentes lugares del planeta el Día Internacional de la Lepra. El objetivo de dicha conmemoración es la concientización y denuncia por la preocupante situación que todavía viven algunos países de África, Asia y América debido a esta milenaria enfermedad.
Cabe destacar que hoy en día hay cura para la lepra, pero el problema está en el acceso a la misma, por eso se hace difícil la erradicación de la misma. Esta afección ha dejado lamanetablemente el saldo de millones de discapacitados en el mundo.
Tal como lo decía Raoul Follereau (su promotor), este día es y será “una movilización universal de espíritus y corazones en favor de los leprosos“. No por casualidad se celebra este día, ya que este hombre propuso el tercer domingo de enero tras la Epifanía, cuando el Evangelio relata la cura de los enfermos de lepra.
La lepra es una enfermedad bacteriana e infecciosa crónica que ataca la piel y que si está bien controlada no es contagiosa. Antiguamente fue una enfermedad incurable, vergonzosa y mutilante, al punto de que aquellos que la padecían eran agrupados en las “leproserías”, lugares en donde se los excluía por miedo a que contagien. Los síntomas de esta enfermedad varían dependiendo del tipo de lepra, pero la sintomatología madre radica en dolores en la piel, entumecimiento de las manos y los pies, nódulos en el cuerpo y nariz congestionada.
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