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| Jorge Font |
El 8 de marzo de 1988, cuando apenas tenia 19 años, sufre una lesión medular a nivel de las vertebras cervicales 6 y 7, cuando se golpea al acercase demasiado a la orilla del lago donde entrenaba para el campeonato panamericano. Fue operado de inmediato, quedando con inmovilidad del pecho hacia abajo.
"Tuve que volver a aprender a escribir, a comer, a cepillarme los dientes. No saben lo difícil que es vestirse acostado y sin mover las piernas. Inténtenlo alguna vez, pero inicien temprano, no vayan a llegar tarde a su trabajo". "Pero no vengo a hablar de mi accidente, vengo a hablar de como te puede cambiar la vida de un momento a otro, y como puedes salir adelante cuando encuentras el apoyo y el cariño de tu familia y de tus amigos"
"El encuentro que humaniza", fue una conferencia suya y tuvo como objetivo, provocar en los participantes la reflexión sobre el valor que el encuentro interpersonal y las redes sociales tienen frente a los cambios que la vida nos puede plantear.
Estudió la carrera de Administración de Empresas, actualmente tiene 41 años de edad, radica en Cuernavaca y refiere haber vuelto a nacer en momentos claves de su vida: el día del accidente, el día que conoció a su esposa, el día que se casaron, y el día que nació su hijo Pablo.
Después de referir varios ejemplos que lo han estimulado para salir adelante, recalcó que ahora su vida marcha literalmente sobre ruedas.
Al terminar su conferencia, recordó un consejo de su madre: "Cuando hables en público, habla lo suficiente para que te recuerden a ti, pero no demasiado para que se acuerden de mi".
(Fuente)
La fuerza de la superación a través el deporte
A los 19 años, tras haber sido campeón mundial juvenil de esquí acuático, Jorge sufrió un accidente en el cual se rompió el cuello mientras se preparaba para el Campeonato Latinoamericano, perdiendo la capacidad de mover y de sentir de la altura del pecho hacia abajo. Puede mover los brazos pero no los dedos de las manos. Tuvo que aprender a hacer todo otra vez: a escribir, a sentarse, vestirse, subirse al coche, a conducir, a moverse en una silla de ruedas; a vivir de nuevo de otra manera.
A pesar de saber que su cuerpo no le respondería como antes, decidió llevar una vida normal como deportista y volvió a esquiar, ahora sentado. "Siento que cada vez que me lanzo al agua estoy diciendo gracias a todas las personas que han estado a mi lado en los momentos más difíciles. Es un espacio para ser, sino el mejor, si poder buscar ser lo mejor de ti mismo"
Compite desde 1989 en la categoría MP1 de esquiadores con discapacidad y tiene el orgullo de haber representado a México y haber ganado 8 veces el campeonato mundial.
"Encontré en la mirada de quienes me quieren la mayor fortaleza y descubrí la paradoja de que en las páginas más oscuras del libro de mi vida también han brillado los colores más hermosos. Los colores de la amistad, de la solidaridad y de la comprensión."
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