Si tienes entre 21 y 55 años, y gozas de buena salud, puedes ser
donante de médula ósea y ayudar a que muchos enfermos se recuperen y sigan con
sus vidas.
Puede que nunca te hayas planteado ser donante de médula o a lo
mejor hasta ahora no sabías como hacerlo.
La Fundación Josep Carreras y la Organización Nacional
de Trasplantes (ONT) a través de la campaña 'Solidarios hasta la médula',
tienen como objetivo concienciar a todos los ciudadanos sanos, de entre 21 y 55
años, para que se hagan donantes de médula ósea y ayuden así a los pacientes
que padecen enfermedades tumorales sanguíneas.
El primer paso que se da, cuando una persona se hace donante, es
hacerle un análisis de sangre o de saliva que permita guardar sus
características genéticas en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea
(REDMO).
Así cuando un paciente requiera un tipo de células determinadas (y
estas no estén disponibles entre sus familiares), se puede recurrir a este
registro y buscar el donante que más se ajuste a sus necesidades. Si no se
obtuviese un resultado positivo en el REDMO, se recurriría a otros registros
europeos, americanos y australianos de este tipo hasta encontrar una
compatibilidad.
El trasplante de médula ósea puede salvar muchas vidas. Cada año,
más de 5.000 personas son diagnosticadas de leucemia y, muchas de ellas, se
recuperan gracias a la solidaridad de un donante, de personas anónimas como tú
o como yo. Además, este tipo de trasplantes ayuda también a los
pacientes de otras enfermedades como los linfomas, los síndromes
mielodisplásicos o la aplasia medular, entre otras.
El trasplante de médula ósea consiste en cambiar las células
enfermas del paciente por las células sanas del donante. Éstas últimas se
extraen de dos maneras: mediante donación de sangre periférica (a través
de un procedimiento llamado aféresis que es similar a una donación de sangre,
pero más lento) o a través de la donación de médula ósea (obtención de las
células interiores de los huesos mediante una punción en la piel de la cadera.
Se realiza bajo anestesia general o epidural).
Una vez conseguidas las células sanas, se implantan en el paciente
que las necesita mediante un sistema de transfusión, para que aniden en su
médula ósea y comiencen a crecer. Anteriormente al receptor se le administra
quimioterapia con el fin de eliminar las células enfermas y lograr la
implantación de las sanas y, en consecuencia, alcanzar el comienzo de su
recuperación.
Para que un trasplante de médula ósea salga bien, es necesario que
donante y receptor sean compatibles, por eso cuando un paciente requiere una
donación, es necesario encontrar a la persona más adecuada para hacérsela. Para
ello se puede recurrir a un miembro de su familia (trasplante alogénico
emparentado), o a una persona externa a la misma (trasplante alogénico no
emparentado).
Finalmente cuando el Sistema Regional de Salud localiza a un
donante, desplaza un equipo hasta el punto de residencia del mismo para
realizar la extracción en su hospital de referencia.
Si llega este caso se
procederá a la extracción de la médula ósea. La extracción se realiza con
anestesia general o epidural. Consiste en la punción de las crestas iliacas
(hueso de la cadera) y la extracción de una cantidad determinada de médula
ósea.
Esto se realiza en un
ingreso hospitalario de unas 48 horas. Normalmente no tiene complicaciones,
sólo sentirá dolor en la zona de punción durante unos días.
Cada vez con más frecuencia se sustituye este procedimiento por la extracción de sangre, con obtención selectiva de los llamados “progenitores hematopoyéticos” (células sanguíneas equivalentes a las de la médula, que finalmente se van a trasplantar para obtener el efecto terapéutico deseado). Ello disminuye sensiblemente las molestias para el donante, aunque la utilización de uno u otro procedimiento dependerán siempre del criterio médico.
Posteriormente, la médula obtenida se transporta hasta el centro sanitario en el que se va a realizar la transfusión al receptor.
Cada vez con más frecuencia se sustituye este procedimiento por la extracción de sangre, con obtención selectiva de los llamados “progenitores hematopoyéticos” (células sanguíneas equivalentes a las de la médula, que finalmente se van a trasplantar para obtener el efecto terapéutico deseado). Ello disminuye sensiblemente las molestias para el donante, aunque la utilización de uno u otro procedimiento dependerán siempre del criterio médico.
Posteriormente, la médula obtenida se transporta hasta el centro sanitario en el que se va a realizar la transfusión al receptor.
Cuando una persona desea ser donante de médula ósea, lo que debe
hacer es dirigirse a su Centro de Referencia de donantes de Médula Ósea que hoy
en día existen en todas las Comunidades Autónomas.
Si quieres conocer esos centros pincha
aqui
En los Centros de referencia recibirás toda la información
sobre todo el proceso.
Por Ley, la donación de
médula ósea es libre, voluntaria, confidencial, anónima y gratuita. La donación
se realiza para cualquier paciente del mundo que lo necesite y no se recibirá
compensación económica alguna por el hecho de la donación. Aunque se llegue a
ser donante para un paciente determinado, nunca podrán facilitarle datos de dicho
paciente.
(Fuente)
Enlázate
No hay comentarios:
Publicar un comentario