Un mamífero llamado olinguito que recuerda a un oso de peluche, un árbol de 12 metros que a pesar de su altura había pasado desapercibido hasta ahora, una anémona de mar que vive bajo un glaciar en la Antártida y unas nuevas bacterias halladas en el lugar más higiénico del mundo, la sala de limpieza de las naves espaciales, son algunas de las criaturas seleccionadas por el Instituto Internacional para la Exploración de Especies de la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU.) para formar parte este año de su famoso «top ten» de nuevas especies. La lista, confeccionada por un comité internacional de taxonomistas y expertos, recoge las diez formas de vida más inauditas e impactantes de las nuevas 18.000 nombradas por los científicos durante 2013. Su divulgación coincide con el aniversario del nacimiento de Carolus Linnaeus, el botánico sueco del siglo XVIII responsable del moderno sistema de nombres y clasificaciones de plantas y animales.
Bassaricyon neblina |
Uno de los descubrimientos más espectaculares del año es el olinguito
(Bassaricyon neblina), un curioso mamífero carnívoro que parece un
cruce entre un gato y un oso de peluche de enormes ojos. Sigiloso y
discreto, vive escondido entre los árboles, en los bosques llenos de
bruma de las montañas de los Andes en Colombia y Ecuador. Hallado por
investigadores del Instituto Smithsonian (EE.UU.), es familia de los
mapaches, pesa aproximadamente unos dos kilos, tiene un denso pelaje de
color ocre y es el primer mamífero carnívoro descubierto en el
hemisferio occidental en 35 años. Se encuentra amenazado, por la
fragilidad de su hábitat, convertido en buena parte en suelos agrícolas o
urbanos.
Dracaena kaweesakii |
A pesar de sus 12 metros de altura, el drago de Kaweesak (Dracaena
kaweesakii) ha pasado desapercibido para la ciencia hasta el pasado
año. Es difícil de creer, no solo por su altura, sino también por su
belleza: tiene unas hermosas y suaves hojas en forma de espada con
bordes blancos y flores de color crema con filamentos de un naranja
brillante. Se encuentra en las montañas de piedra caliza de Tailandia y
en las cercanías de Birmania. Considerada una planta hortícola, tan solo
quedan unos 2.500 ejemplares y se encuentra en peligro.
Edwardsiella andrillae |
Su existencia es una incógnita en sí misma y toda una demostración de que la vida puede desarrollarse en las condiciones más duras. La anémona de mar Edwardsiella andrillae vive bajo un glaciar en la plataforma de hielo Ross en la Antártida.
Fue descubierta cuando el programa de perforación geológica Andrill
envió un vehículo sumergible accionado a distancia al interior de uno de
los agujeros que habían sido encontrados en el hielo. Para sorpresa de
los científicos, aparecieron unas pequeñas criaturas de 2,5 cm de largo
con el cuerpo amarillo pálido enterrado bajo la plataforma helada y sus
dos docenas de tentáculos colgados en el agua glacial.
Liropus minusculus |
El camarón Liropus minusculus tiene una extraña apariencia translúcida
que le hace parecer una estructura ósea. Es realmente diminuto: el macho
apenas mide unos 3,3 mm y la hembra aún menos, se queda en 2,1 mm.
Recogido en la soleada isla de Santa Catalina, California (EE.UU.), este
crustáceo está lejanamente emparentado con el que a muchos les gusta
degustar en un plato y es el más pequeño de su género.
Penicillium vanoranjei |
Este nuevo hongo se llama Penicillium vanoranjei y se distingue por su
brillante color naranja. Su nombre es un homenaje a la familia real
holandesa, específicamente al príncipe de Orange.
Hallada en Túnez, esta especie produce una matriz extra-celular similar
a una lámina que puede funcionar como protección contra la sequía.
Eximius Saltuarius |
Es realmente difícil de ver. Este nuevo gecko
(Eximius Saltuarius) hallado en las selvas aisladas de la cordillera de
Melville, al este de Australia, es un experto en camuflaje que utiliza
su amplia cola para volverse aún más invisible. Con miembros más largos,
cuerpo más delgado y ojos más grandes que otros miembros de su familia
de lagartos, su coloración moteada le permite mezclarse con el entorno.
De costumbres nocturnas, trepa por las superficies verticales de los
árboles o las rocas para esperar el paso de sus presas.
Spiculosiphon oceana |
Una de las especies más impactantes del último año fue descubierta por
científicos de Oceana y el CSIC en la montaña submarina de Seco de
Palos, a unas 30 millas de la costa de Murcia. Se trata de un protozoo,
(Spiculosiphon oceana) un organismo unicelular gigante, de unos 4 o 5
cm de altura, con grandes habilidades constructoras y de imitación. Como
si de bloques de Lego se tratara, recoge espículas (piezas esqueléticas
de esponjas muertas) del fondo marino para construir su propia concha,
uniéndolas unas a otras con una especie de pegamento proteínico. De esta
forma, se hace pasar por una esponja carnívora de verdad.
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Agencia SINC
El increíble caso del protozoo gigante que quería ser una esponja carnívora from Oceana on Vimeo.
Tersicoccus phoenicis |
Un raro microbio (Tersicoccus phoenicis), nunca antes visto, que
sobrevive sin apenas alimento, ha sido descubierto en uno de los lugares
más limpios de la Tierra: dos habitaciones blancas,
una de la NASA en Florida y otra de la Agencia Espacial Europea (ESA)
en la Guayana francesa, separadas entre sí por 4.000 kilómetros. Es en
estas salas esterilizadas, aisladas del exterior, donde se montan las
naves espaciales. Se limpian constantemente y a conciencia para evitar
contaminar de forma involuntaria otros planetas con bacterias
terrestres, pero algunos microorganismos pueden resistir las condiciones
más extremas. «Si alguna vez encontramos vida extraterrestre, será
confrontada con estos microbios», explicaban en su día desde el
Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena,
California.
Tinkerbella nana |
Esta avispa parasitoide,
bautizada como Tinkerbella nana por el nombre (en inglés) del hada de
Peter Pan, parece realmente sacada de un cuento infantil. Apenas mide
250 micrómetros, lo que la convierte en uno de los insectos más
pequeños, y de sus alas salen unos delicados y bellos flecos.
La nueva especie fue recogida en la Estación Biológica LaSelva en Costa
Rica. Los científicos creen que apenas vive unos pocos días y que ataca
los huevos de otros insectos.
Zospeum tholussum |
Vive en completa oscuridad a más de 900 metros bajo la superficie en las
cuevas Lukina Jama-Trojama al oeste de Croacia. Carece de ojos, ya que
no le son útiles en la oscuridad total, y su piel no tiene pigmentación,
lo que le otorga un aspecto fantasmal.
El Zospeum tholussum, de tan solo 2 mm de largo, se mueve muy
lentamente incluso para ser un caracol, ya que se arrastra solo unos
pocos milímetros o centímetros a la semana. Los investigadores sospechan
que para desplazarse aprovecha las corrientes de agua o hace «autostop» en otros animales de la cueva, como murciélagos o grillos, para viajar a distancias más largas.
(Fuente)
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